Fuente: ACEPRENSA
La sección inglesa del Servicio Nacional de Salud (NHS) ha anunciado que la aplicación de hormonas bloqueadoras de la pubertad, primer paso de la terapia afirmativa que se sigue a los menores de edad con disforia de género (DG), ya no estará disponible como tratamiento rutinario al menos en Inglaterra, uno de los cuatro países que componen el Reino Unido.
Los resultados de la revisión efectuada por el equipo de la Dra. Cass mostraron que no existían diferencias estadísticamente significativas en cuanto a DG, salud mental, percepción de la propia imagen corporal y funcionamiento psicosocial en los niños y adolescentes tratados con bloqueadores.
Además, se constató que los datos sobre la seguridad “a corto y largo plazo” de los bloqueadores seguían siendo “limitados”, y que dichos fármacos podían “reducir el esperado aumento de la densidad ósea lumbar o femoral durante la pubertad”.
A la vista de estos hallazgos y de otros bloqueadores el NHS England ha concluido que “no hay suficiente evidencia que respalde la seguridad o la efectividad clínica de las hormonas supresoras de la pubertad como para permitir que en este momento [la terapia] esté rutinariamente disponible”.
La decisión del NHS-England ha sido celebrada, en el Reino Unido, por varias personas e instituciones que se han venido significando en los medios durante varios años por su oposición al enfoque afirmativo.
Una de las primeras voces ha sido precisamente la de Keira Bell, que ha felicitado a expertos de la medicina que denunciaban los daños irreversibles de estas terapias. La joven ha querido recordar que los bloqueadores “son fármacos de castración química” y no una “pausa” de la pubertad. “¿Quién va ahora a hacerse responsable del daño que ya se ha ocasionado? Continuaré vigilando para ver cómo prosigue este asunto”.
Por su parte, la escritora J. K. Rowling espera que el puñetazo en la mesa que ha dado el NHS en Inglaterra tenga eco en Escocia. La autora ha retuiteado el post de un contacto: “¿Son diferentes los niños escoceses de los niños ingleses? Si la clínica de género de Tavistock no es adecuada para su propósito, ¿cómo puede ser segura la clínica Sandyford [de Glasgow] cuando opera precisamente con los mismos principios que aplicaba la ahora desacreditada clínica Tavistock?”.
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